LA CATRINA.
Con un sombrero de lado, vestido ajustado y extravagante escote, “La Catrina” es el centro de atracción. Las miradas se detienen sobre sus huesos que posan en el centro de una mesa. Es “una mujer muy elegante y digna”
“A los mexicanos no nos asusta la muerte, al contrario, la vestimos bonita, la hacemos dulce para poder comerla, y la creamos con cartón para poder admirarla como parte de nuestra cultura; pero específicamente, como parte de la celebración del Día de Muertos”, agregó.
“Aunque su popularidad creció, muchos desconocen el significado de “La Catrina” y la asocian con algo oscuro, lo cual es un error”, "La Catrina" es algo espiritual”.
Considerada como una de las figuras más importantes de la plástica mexicana, esta imagen está asociada principalmente a Posada, fallecido en 1913 en la ciudad de México.
Pese a que la primera manifestación de “La Catrina” fechada formalmente es la pieza que inspiró la imagen pintada por el pintor Diego Rivera en el mural “Sueño de una tarde dominical en La Alameda Central”, procedente del grabado “La Calavera Garbancera” publicado en 1913 por Antonio Venegas Arroyo, especialistas consideran que Posada fue el autor original en 1912, aunque no la firmó.
Originalmente Posada creó este esqueleto, adornado con un sombrero con plumas, para satirizar las pretensiones de las mujeres de la clase alta mexicana durante los regímenes de Porfirio Díaz (1876-1880 y 1884-1911).
Con el tiempo, “el comentario social de ‘La Catrina’, que se originó en los cambios que trajo la modernidad a México como la corrupción del gobierno, la hipocresía de los ricos o los sufrimientos de los pobres, se ha perdido entre el público en general, convirtiéndose en la personificación por excelencia del Día de los Muertos”.
“La Catrina es una forma de unificar porque al final, todos seremos esqueletos”...
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